Ruta 2. Monasterio de San Pedro El Viejo y Castillo de Montearagón

Esta ruta traza un recorrido por los panteones reales de Huesca y Quicena y propone la visita a otros monumentos destacados. En el Monasterio de San Pedro el Viejo descansan los restos de Alfonso I y de su hermano Ramiro II. El Castillo de Montearagón, antiguo panteón, acogió el cuerpo de Alfonso I hasta el siglo XIX.

Monasterio de San Pedro el viejo y Castillo de Montearagón

Huesca mantuvo desde su conquista en 1096 por Pedro I y durante el siglo XII, relaciones muy estrechas con los monarcas aragoneses. Alfonso I el Batallador fue enterrado en el castillo de Montearagón y Ramiro II el Monje en el monasterio de San Pedro el Viejo, donde residió antes de ser designado rey y durante los últimos 20 años de su vida. Este último monarca, Ramiro II, protagonizó en 1135 los hechos que dieron lugar a la leyenda conocida como La Campana de Huesca. En esta ciudad nacieron la reina Petronila y los reyes Alfonso II y Pedro II. Otro acontecimiento histórico destacado fue la celebración en 1247 de las Cortes en Huesca, convocadas por Jaime I el Conquistador, de las que salió la primera compilación de los Fueros de Aragón.

La Ruta de los Panteones de Huesca comienza en el centro de la ciudad, en el Monasterio de San Pedro el Viejo, donde está ubicado el Panteón Real que aloja los restos de Alfonso I el Batallador (trasladados desde Montearagón en el siglo XIX) y de su hermano y sucesor Ramiro II el Monje. El Panteón Real, también conocido como Capilla de San Bartolomé, es la dependencia más antigua del conjunto y fue realizado entre 1096 y 1117, antes de la construcción de la iglesia. Destaca en su interior el sarcófago romano que fue reutilizado para acoger los restos de Ramiro II y que data de finales del siglo III d.C.

Por su condición de antiguo Panteón Real, el Castillo Abadía de Montearagón es parte troncal de esta ruta. Localizado en el término municipal de Quicena, a unos 8 kilómetros del centro de Huesca, se levanta esta fortaleza que fue fundada por el rey Sancho Ramírez en el año 1085. Aquí fue sepultado tras su muerte en 1134 Alfonso I el Batallador, aunque sus restos fueron trasladados en 1845 a San Pedro el Viejo de Huesca. Esta abadía llegó a ser durante la Edad Media una de las más ricas y poderosas de Aragón.

Otros puntos de interés en la ruta

Aproximadamente a 500 metros del monasterio de San Pedro el Viejo encontramos otro de los lugares de obligada visita en Huesca y que está en estrecha relación con la familia real aragonesa. Se trata del Museo de Huesca, cuyo edificio principal tiene adheridas las tres estancias que se conservan del Palacio de los Reyes de Aragón, conocidas como Sala de la Campana, Sala de Doña Petronila y Salón del Trono. El Palacio fue construido en época de Alfonso II y es un magnífico ejemplo del románico civil de finales del siglo XII. Por su parte, el Museo de Huesca cuenta entre su magnífica colección con tres anillos hallados en el Panteón Real de San Juan de la Peña.

Otro de los edificios más emblemáticos de Huesca es la Catedral de Jesús Nazareno que fue construida en estilo gótico entre los siglos XIII y XVI, y cuyo origen se remonta a la antigua mezquita mayor musulmana, consagrada como templo cristiano en 1096 tras la reconquista de la ciudad y usada durante casi doscientos años como lugar de culto. El conjunto comprende, además de la catedral, un claustro, el Palacio Episcopal y la llamada parroquieta.

Para completar la visita

Dentro del recorrido por la ciudad de Huesca, y como complemento a los puntos de interés propuestos en la Ruta de los Panteones, podríamos destacar otros tres museos que, aunque no están relacionados con los orígenes de Aragón, cuentan con interesantes colecciones vinculadas con el pasado, el presente y el futuro de nuestra comunidad.

Sin abandonar las dependencias de la catedral, se abre al público el Museo Diocesano de Huesca, que cuenta con una de las mejores colecciones de arte sacro de Aragón.

A unos 300 metros se localiza el Museo Pedagógico de Aragón, un centro dedicado a la enseñanza, a la figura de los maestros y a la infancia desde principios del siglo XX hasta nuestros días.

En las inmediaciones de Huesca se halla el CDAN. Centro de Arte y Naturaleza. Fundación Beulas que tiene como sede un espectacular edificio diseñado por el arquitecto Rafael Moneo. El CDAN fue impulsado por el pintor José Beulas al donar a Huesca un legado de casi un centenar de obras entre pintura, escultura y tapices, compendio de las distintas corrientes y autores de la segunda mitad del siglo XX. Parte de dos colecciones de arte: La colección de arte español contemporáneo que conforma el legado Beulas- Serrate y la colección que forma parte del CDAN denominada colección itinerario de Arte y Naturaleza.

Reyes enterrados en San Pedro el Viejo

Alfonso I «El Batallador»

1073 – 7 de septiembre de 1134. Rey de Aragón entre 1104 y 1134
Hijo de Sancho Ramírez y de su segunda esposa Felicia de Roucy, ascendió al trono tras la muerte de su hermano Pedro I sin descendencia..

Es uno de los monarcas aragoneses más relevantes, siendo el artífice de la consolidación y expansión del reino.

Desde su juventud participó en importantes contiendas bélicas e, influido por su fuerte espíritu religioso, se entregó a la misión reconquistadora del territorio.  En los primeros años de su reinado conquistó Tauste, Ejea o Tamarite.

En 1118 conquistó Zaragoza tras un largo asedio, la convirtió en capital del reino e instaló la residencia de los reyes de Aragón en el Palacio de la Aljafería. Tomó en sucesivas campañas Tudela, Tarazona, Borja, Épila, Calatayud y Daroca.  Reconquistó las cuencas del Jalón y del Jiloca y emprendió una expedición hacia Andalucía entre 1125 y 1126. Sus últimas campañas bélicas se desarrollaron en la zona de Lérida y Fraga, donde fue gravemente herido.

Alfonso I falleció en 1134. En su testamento legaba el reino a las órdenes militares del Temple y de los Hospitalarios, lo que planteó un grave problema sucesorio.  En Aragón se eligió finamente a su hermano Ramiro como su sucesor.

Ramiro II «El Monje»

H. 1084- 16 de agosto de 1157. Rey de Aragón entre 1134 y 1137
Hijo de Sancho Ramírez y de Felicia de Roucy, fue nombrado Rey de Aragón en 1134 tras la muerte de su hermano Alfonso I el Batallador.

Pasó su vida dedicado a la Iglesia; con siete u ocho años ingresó como monje en el monasterio francés de Saint Pons de Thomières, luego como abad de San Pedro el Viejo de Huesca y, por último, como obispo de Roda.

Durante su reinado tuvo que enfrentarse a una grave crisis económica, a la inestabilidad política y a las revueltas de la nobleza. Uno de los episodios más célebres protagonizados por este monarca es el conocido como La Campana de Huesca. Ramiro II convocó a los nobles a palacio con el pretexto de mostrarles una campana cuyo tañido se escuchase en todo el reino. Una vez allí mandó degollar a los principales nobles sublevados y dispuso sus cabezas en círculo sobre el suelo y una de ellas colgando de una soga a modo de badajo. El resto de los nobles contempló la Campana de Huesca, que sonó en todo el reino.

El rey solventó el problema sucesorio casándose con Inés de Poitiers. De su unión nació Petronila en 1136 y un año más tarde se firmaron las capitulaciones matrimoniales con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, uniendo así el Reino de Aragón con el Condado de Barcelona. Zanjada la cuestión sucesoria, Ramiro II volvió a su vida religiosa y se retiró al monasterio de San Pedro el Viejo hasta su muerte en 1157.

 

Estudio antropológico y genético de los reyes privativos de Aragón

Entre los años 2008 y 2011, a solicitud del Gobierno de Aragón, se desarrolló un proyecto de investigación sobre los restos e los reyes de Aragón enterrados en la Comunidad Autónoma que se hizo extensivo al conjunto de los miembros de la dinastía real. Las investigaciones fueron realizadas por un importante equipo científico interdisciplinar y el resumen del proyecto se recoge en el documental Gen de Reyes.

En los siguientes enlaces se pueden encontrar recursos útiles para la planificación del viaje

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