Francisco de Goya y Lucientes

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Regina Martyrum, 1780-1781. Basílica del Pilar, Zaragoza

Francisco de Goya y Lucientes es considerado uno de los grandes maestros de la pintura universal, testigo de excepción de su tiempo, cronista de su época, cuya obra artística refleja el periodo convulso que dio paso a la Edad Contemporánea. Nace en 1746 y vive un siglo de cambios y conflictos, desde la Revolución Francesa y la Guerra de la Independencia hasta la incertidumbre de la situación de la vuelta al absolutismo. Esta circunstancia política y su condición de ilustrado afrancesado, liberal e intelectual provocaron que se exiliara de forma voluntaria a Burdeos, donde pasó sus últimos años y murió en 1828.

Goya consiguió crear un estilo propio, de gran originalidad, enorme fuerza expresiva y calidad técnica. Las características de su obra son fruto de su sensibilidad artística, los acontecimientos históricos que tuvieron lugar a su alrededor y una dura enfermedad que le dejó sordo y transformó su carácter en la etapa de madurez. Fue un artista de lenta evolución que alcanzó un gran virtuosismo técnico reflejado en obras de muy diversa temática. Su trabajo artístico refleja el colorido barroco y la influencia de la pintura italiana que conoce en su viaje de formación a este país, avanzando hacia las líneas modernas y sueltas, sobre todo, en su obra gráfica.

José Goya, dorador de profesión y su mujer Gracia se establecen en la localidad de Fuendetodos (Zaragoza), donde en 1746 nace Francisco de Goya. Pronto regresan a Zaragoza, ciudad en la que Francisco desarrolla su primera etapa de aprendizaje en la Academia de Dibujo bajo la tutela del pintor José Luzán. Tras intentar, sin éxito, conseguir una ayuda de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, decide seguir formándose en Italia presumiblemente entre 1769 y 1771. El viaje será decisivo en la  ejecución de sus primeras pinturas. A su vuelta recibirá importantes encargos de temática religiosa como la decoración de la bóveda del Coreto de la Basílica del Pilar de Zaragoza, las pinturas de la iglesia de la Cartuja de Aula Dei, la capilla del Palacio de los Condes de Sobradiel y los conjuntos pictóricos que realizó en iglesias de las localidades zaragozanas de Calatayud, Muel y Remolinos.

En 1773 se casa con Josefa, hermana del valorado pintor Francisco Bayeu, quien media para que Goya haga carrera en Madrid. En 1775 entra en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara donde permanecerá hasta 1791. Su estancia allí le permite conocer la obra de Velázquez, referente desde entonces en su pintura. Pinta cartones para tapices con temas populares para decorar los aposentos reales en los Palacios de San Lorenzo de El Escorial y El Pardo. Goya se desmarca de otros pintores de la Real Fábrica por sus diseños cargados de invención y creatividad.

El éxito no se hace esperar y en 1780, con 34 años, ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; en 1786 es propuesto por Francisco Bayeu para el cargo de Pintor del Rey y en 1789 alcanza la categoría de Pintor de Cámara. Su ascenso social le proporciona numerosos encargos no solo religiosos, sino que comienza también una importante etapa como retratista de reyes, personajes ilustrados e importantes figuras de la época. Goya renueva el género, como se observa en los excepcionales retratos de los ilustrados Jovellanos y Moratín, los de La Duquesa de Alba (1795 y 1797), Las Majas (1798-1805), La Condesa de Chinchón (1800) o Sebastián Martínez (1792).

La última década del siglo XVIII será un periodo a destacar en la vida y la obra de Goya. Contrae una grave enfermedad que le deja sordo y provoca un cambio en su carácter y forma de pintar, a partir de ahora más subjetiva y personal. Un claro ejemplo será la serie de grabados «Los caprichos», realizados con gran maestría y dominio técnico entre 1797 y 1798. En estas estampas, de carácter moralizante, critica de forma satírica los defectos humanos.

El siglo XIX comienza con nuevas desgracias para Goya: será testigo directo en Madrid del inicio de la Guerra de la Independencia en 1808, contrae una nueva enfermedad y muere su mujer en 1812. Plasma de manera conmovedora la tragedia de la contienda en los lienzos «La carga de los mamelucos» y «Los fusilamientos de la Moncloa», y en la serie gráfica «Los desastres de la guerra» que termina en 1814.

Los años finales de su vida y producción artística están marcados por la enfermedad y el devenir político de España. Se muda a una finca denominada la Quinta del Sordo que decorará con las conocidas «Pinturas negras». La represión iniciada por Fernando VII tras la guerra hace que se exilie a Francia, a la localidad de Burdeos, donde termina sus últimas series gráficas «Las Tauromaquias» y «Los Disparates», impregnadas de frescura e innovación a pesar de la edad del artista. Muere en Burdeos en 1828 dejando un legado artístico que aventuró futuros movimientos estilísticos, siendo por ello considerado como el genio precursor que deja la puerta abierta a la modernidad.

Goya en Aragón

En Aragón se conserva una importante muestra del trabajo de este pintor universal, testimonio de la relación que mantuvo con su lugar de origen a lo largo de su vida. En Zaragoza destacan las obras que albergan el Museo Diocesano de Zaragoza, el  Museo de Zaragoza o el Museo Ibercaja Camón Aznar, pero sobre todo los frescos de las bóvedas del coreto y Regina Martyrum de la Basílica del Pilar. Otras paradas obligadas son su casa natal en Fuendetodos, la Cartuja de Aula Dei, las iglesias de Muel y Remolinos, y el Palacio de la Duquesa de Villahermosa en Pedrola.

Mantener viva la memoria de Goya y difundir su obra es el objetivo de varias instituciones aragonesas. En Fuendetodos se tuvo constancia, ya hace veinte años, de la importancia que para la región suponía poner en valor la figura de Goya, creando un museo y abriendo al público la casa natal del artista. En torno a esta sede se organizan periódicamente actividades culturales y se ha constituido la Fundación Fuendetodos-Goya que gestionará el futuro Museo del Grabado Contemporáneo. Con el mismo propósito el Gobierno de Aragón constituyó en 2007 la Fundación Goya en Aragón que gestionó el Programa Goya 2008, lleno de actos culturales y exposiciones relacionados con el pintor y en la actualidad se dedica a labores expositivas, de investigación, difusión, divulgación y documentación.

En 2021 el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Zaragoza celebraron el 275 aniversario del nacimiento del pintor con un extenso programa de actividades de difusión como exposiciones, publicaciones de libros, jornadas, espectáculos así como actividades de investigación y creación en torno al artista. En total, más de 30 actuaciones para poner en relación la intensa labor artística de Goya con la tierra que lo vio nacer.

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