Ser vulnerable es caer al vacío y aferrarte al pentagrama de una canción, o emborronar unos folios en blanco con la tinta de la tristeza y hacerlos bellos y tuyos y míos. Es cantar musitando un salmo esperanzador para resucitar esa alegría que duerme en el envés de tu rictus.
Ser vulnerable es mirarte en el espejo de tu memoria y seguir viéndote como te ve la mirada inocente de un niño que te ama, o como contempla tu cuerpo desnudo y ajado ese confidente que nunca se niega a decirte que no.
La autora ha querido con este título romper o potenciar esa palabra. Con versos, poemas, relatos, sueños, pensamientos que lleguen a ti y hagan que tu piel conecte con la mía cuando lo leas.