Lucífugo, la nueva novela de José María Tamparillas es una historia a caballo entre el pasado y el presente, plegada entre la geografía urbana y la rural, con olor a leña quemada, humo de bar, sangre y tierra; una parábola que nos recuerda que lo ordinario, en ocasiones, no es más que un fingimiento al que hay que enfrentarse para así desvelar sin ambages quiénes somos y cómo hemos llegado a serlo.
La videncia, aunque sea de pega, es un negocio serio y no exento de riesgos. Sobre todo cuando el pasado se cuela en el presente en una sesión fuera de lo común, y nos obliga a reexaminar las trampas de la memoria y el olvido.
Lucífugo, la nueva novela de José María Tamparillas es una historia a caballo entre el pasado y el presente, plegada entre la geografía urbana y la rural, con olor a leña quemada, humo de bar, sangre y tierra; una parábola que nos recuerda que lo ordinario, en ocasiones, no es más que un fingimiento al que hay que enfrentarse para así desvelar sin ambages quiénes somos y cómo hemos llegado a serlo.
Dos naipes, un particular don, una vieja instantánea color sepia; una llamada con rostro de mujer y una huida que nos conduce inexorablemente a aquello de lo que tratamos de escapar.
Lucífugo es aquel que huye de la luz. Pero la luz, de una forma u otra, termina por atrapar al fugitivo de su propia impostura, alumbrando el fondo de cualquier grieta.
José María Tamparillas (Zaragoza, 1970) ha publicado más de una veintena de relatos en diferentes revistas y antologías. Es autor de los libros de cuentos oscuros Carne de mi carne (Saco de Huesos, 2011) y Zaragoza turbia (Pregunta, 2018), y una novela, Alma y el poeta (Dissident Tales, 2015; Saco de Huesos, 2017). Dos de sus cuentos ha sido galardonados con el Premio Nocte.
Además, ha hecho sus pinitos dentro de la literatura infantil y juvenil con Pancracio, el niño batracio (Libros de Ida y Vuelta, 2018) y en La Dama, el Duende y el Rey. Tres leyendas aragonesas (Pregunta, 2018).
Vive en Zaragoza, la misma ciudad que nos retrata desde su lado más turbio e inusitado, con su mujer y sus dos perras, sus críticas más feroces.