Presente en casi todas las películas de Carlos Saura, la danza sirve aquí de hilo de Ariadna para adentrarnos en una obra abundante y proteica. De los bailes populares a los abrazos íntimos, del ballet profesional a las danzas de combate o de posesión, el cuerpo danzante acompaña tanto la evolución de la sociedad, la liberación de los cuerpos y las mentes como la trayectoria estética de un cineasta que es también pintor y fotógrafo. Si el baile forma parte de las estrategias que emplea el cineasta para eludir la censura, inicia a partir de los años ochenta un diálogo entre la danza y el cine, abriendo el espacio fílmico a otras artes visuales o escénicas, en un vasto movimiento de hibridación de formas y lenguajes.
Pascale Thibaudeau es catedrática de la Université Paris 8 y directora del grupo de investigación «Laboratoire d’Études Romanes» de dicho centro. Ha publicado numerosos trabajos sobre cine español y latinoamericano.