La Confederación Hidrográfica del Ebro es obra de los arquitectos Regino y José Borobio. Fue construida entre 1936 y 1946 y es uno de los mejores ejemplos de arquitectura racionalista de la ciudad de Zaragoza. La corriente racionalista surgió en Europa tras la Primera Guerra mundial, este movimiento arquitectónico llegó a España, y en concreto a Zaragoza, a finales de la década de los años 20 del siglo pasado.
El edificio de la Confederación hidrográfica del Ebro se sitúa en un lugar destacado del decimonónico paseo de Sagasta y presenta un rotundo volumen exento con planta simétrica en E desarrollada en seis niveles (semisótano, cuatro plantas alzadas y ático retranqueado). Su disposición en la parcela respeta las alineaciones del resto de construcciones del paseo, configurando una zona ajardinada previa, que genera un acceso secuencial al edificio. La gran dimensión horizontal del volumen hacia el paseo dota al edificio de una imponente presencia acorde con su carácter institucional.
La construcción sigue criterios de funcionalidad y flexibilidad, según principios racionalistas. Los espacios de trabajo se disponen linealmente a lo largo de las fachadas del edificio en módulos de despacho de 4 metros de ancho con dos amplias ventanas a fachada. Esta modulación permite variar el tamaño de las distintas dependencias según las necesidades y se anticipa a lo que sería la planta libre de los modernos edificios de oficinas.
Las fachadas se realizan con ladrillo caravista aparejado en hiladas sin llaga, típico de la construcción tradicional aragonesa, integrando el edificio en su contexto urbano y cultural. La composición racionalista de los alzados es consecuencia de la distribución en planta y se traduce en una sistematización y seriación de la ventana tipo, adelantándose al concepto de muro cortina de los modernos edificios de oficinas. En la fachada principal destaca el pórtico de acceso cuyo revestimiento en piedra de Calatorao presenta un cuidado despiece e integra los bajorrelieves realizados en 1942 por el escultor Félix Burriel alusivos a la Industria, la Agricultura y Ganadería, las Obras Públicas y la Construcción.
La Confederación Hidrográfica del Ebro es, en conjunto, una obra conceptualmente muy bien resuelta, que destaca por la rotundidad de su volumetría e integración en el entorno y por su planteamiento funcional y constructivo.