En lo alto de Monesma, en la superficie casi plana del cerro en cuyas faldas se asienta la población, se encuentran los restos de este castillo. Se trata de una de los castillos levantados por Sancho el Mayor entre 1030 y 1035 para la defensa de la parte sur del condado de Ribagorza, junto con las de Lascuarre, Laguarres y Castigaléu. Estuvo bajo el mando de tenentes. El más conocido de estos fue Ramón Suñer entre 1066 y 1081. Ya en 1098 perteneció al conde Pedro de Pallás y en el siglo XIII era de Ramón de Moncada.
Tenía planta ovalada, de unos 150 metros de eje mayor por 50 el menor. Se conservan algunos paredones de mampostería que pertenecerían al recinto defensivo y un torreón en un extremo, de planta irregular y gran tamaño, de mampostería, que conserva los indicios de la puerta de ingreso y una aspillera. En el otro extremo se alza la capilla, que más tarde se convirtió en ermita y fue reformada en 1854, como reza una inscripción en su puerta.