Día Internacional de los Archivos 2011

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Nunca se ha concebido un Archivo sin usuarios. Incluso en aquellas épocas, no muy lejanas, en las que el Archivo era un lugar cerrado para los no iniciados, inaccesible para casi todos, su razón de ser pasaba porque hubiera unos pocos usuarios privilegiados que pudieran disfrutar de sus tesoros.

Desde el advenimiento de la democracia, los archivos aspiran a ser una herramienta más de información de los ciudadanos, para la historia y la cultura, para el trabajo y el ocio, para la reivindicación y la defensa de los derechos individuales, para apoyar las decisiones de los gobernantes y también para controlar su gestión. En resumen, para todos y para todo.

En el momento actual, los ciudadanos queremos acceder a la información de los archivos pero aspiramos a algo más, queremos interactuar con ellos: hacer consultas a bases de datos, guardarlas, revisarlas, ver el documento en línea en décimas de segundo, descargarlo en el acto… Queremos buscadores e hipervínculos, respuestas en línea, inmediatas, precisas y sin esperas.

Entre los retos a los que nos lleva la tecnología en los últimos años, éste era un paso necesario pero no por ello menos ambicioso. El usuario directamente ante el documento, con el único intermediario de la tecnología. Reto que los archiveros y las administraciones deben asumir porque no es el futuro, sino el presente, y porque obliga a replantear todos los sistemas de trabajo, el papel y las funciones del personal de los archivos.

Porque los archivos y los archiveros siempre han interactuado con los usuarios, lo llamemos como lo llamemos. El reto de hoy es mejorar una relación de siempre, sin renunciar a nada, aprendiendo de todos.