El yacimiento de Villa Fortunatus se halla a unos 5 kilómetros al norte de Fraga en el término de «Pilaret de Santa Quiteria». Se trata de una villa romana cuya construcción data del siglo II, aunque a finales del siglo III o principios del IV d.C. fue ampliada construyéndose la nueva villa, decorada con ricos pavimentos de mosaico. Las investigaciones arqueológicas han demostrado que tras el abandono de la vivienda, una parte fue reaprovechada y transformada en basílica para el culto cristiano a finales del siglo IV o comienzos del siglo V. También se han encontrado en el yacimiento signos de ocupación visigoda.
Por las grandes dimensiones de la villa y por la riqueza de su decoración se sabe que Villa Fortunatus fue la vivienda de una rica familia romana y su denominación no es fruto de la casualidad sino que se debe a una inscripción en mosaico, que alude a su propietario. Presenta la habitual distribución de las viviendas privadas romanas, con estancias dispuestas alrededor de un patio abierto porticado de unos 300 m2. Se han conservado restos de su decoración mural y de sus pavimentos teselados de diferentes calidades y clasificados en cuatro grupos: mosaicos geométricos con teselas grandes en blanco y negro y emblemas figurativos policromos; mosaicos figurativos policromos y con teselas pequeñas; mosaicos geométricos policromos de teselas medianas; y por último, laudas sepulcrales paleocristianas de la basílica. Algunos de estos mosaicos se conservan en el propio yacimiento, aunque los más importantes se trasladaron al Museo de Zaragoza.
Destaca el mosaico encontrado en una de sus estancias que posee la inscripción con el nombre del propietario, otros representan un calendario al modo romano del que se conservan seis meses, diversas deidades como Venus, Eros y Psiqué y algunos motivos cristianos como el crismón. Otra de las estancias, el aquarium, se decoraba con motivos marinos.