La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora constituye uno de los ejemplos más característicos de la utilización de sistemas ornamentales de carácter mudéjar generalizados durante el siglo XVII, en edificios de factura barroca, introduciendo decoración a base de yeserías.
El edificio barroco responde a la tipología, de gran desarrollo en la arquitectura conventual, de planta de cruz latina con presbiterio de testero recto, crucero cubierto con cúpula y nave de tres tramos con capillas laterales entre los contrafuertes. La nave de la iglesia se cubrió con bóvedas de cañón con lunetos, así como los brazos del crucero, el coro y las tribunas. Al muro sur se adosó una torre de planta cuadrada de cuatro pisos, de los que los dos primeros están embutidos en los muros de la iglesia. Los paramentos de la torre presentan decoración a base de pequeñas fajas de esquinillas.
El elemento más interesante desde el punto de vista de las pervivencias mudéjares lo constituye la decoración interior a base de yeserías datadas, según Gonzalo Borrás Gualis, entre 1630 y 1631. En esas fechas todo el interior: bóvedas, antepechos y pretiles de las tribunas y coro se decoraron con yeserías de lazo de interesante factura.