La torre de la iglesia de San Pedro Apóstol de Romanos es una de las más interesantes del mudéjar aragonés. Está considerada el arquetipo más puro de torre de estructura cristiana derivadas de las torres defensivas y señoriales del territorio aragonés. Se construyó en ladrillo y en el siglo XVI se le adosó una iglesia renacentista de una sola nave y ábside poligonal, sin que haya indicios de que existiera una iglesia anterior. Se sitúa en una llanura en el Campo de Romanos y tiene unos 30 metros de altura. No se conserva ningún documento que acredite el año de su construcción, si bien por sus características y decoración se fecha en torno a 1400.
Por su situación y características formales se considera que su función primera fue la de torre atalaya de carácter defensivo. Se estructura sobre una base cubierta por una bóveda de lado a lado, que supondría un acceso desde el exterior, actualmente desde la iglesia de San Pedro.
La torre se estructura internamente en tres cámaras con seis bóvedas superpuestas de cañón apuntado y la última de crucería. La primera de ellas atraviesa la torre de lado a lado para cumplir la función de acceso al exterior. La última cámara se ilumina con dos ventanales a cada lado con arco apuntado y en el lado sur una sola ventana de las mismas características. Actualmente la torre se remata con un cuerpo de campanas octogonal más estrecho y taimen de ladrillo añadido seguramente en el siglo XVI, tras la construcción de la iglesia.
La decoración de la torre es muy rica y diferenciada según el piso. En el exterior presenta una rica decoración con muy poca superficie lisa. Se distinguen tres pisos de decoración no relacionados a base de plantillas de ladrillos, en zig-zag, en «pico de cuervo», ajedrezados, lazos de ochos y rombos. No tiene decoración cerámica. El primer piso se ornamenta solo en la parte superior con esquinillas, zig-zag y ajedrezados. El segundo piso presenta arcos mixtilíneos entrecruzados anudados por arriba. En el lado Oeste en este segundo piso se localiza un balcón voladizo o matacán, que interrumpe la decoración. El tercer piso se decora con un paño de lazos de ochos, motivo decorativo musulmán poco utilizado en las torre mudéjares y que aparece también en las torres de Santa María de Calatayud y en la de Quinto de Ebro.