Retrato de Fray Juan Cebrián:
Se trata de un óleo sobre lienzo de lino de 193 x 100 centímetros, atribuido, por el profesor Arturo Ansón, el artista Jusepe Martínez en el año 1658.
Ubicado en el Palacio Arzobispal (Zaragoza), se trata de un retrato de cuerpo entero en el cual la figura aparece en actitud solemne y aplomada en tres cuartos.
Viste la indumentaria del hábito mercedario portando la bengala de virrey y capitán general.
Retrato de Don Juan de Aragón:
Óleo sobre lienzo de 198 x 98 centímetros, de autor anónimo y fechado hacia 1690.
Ubicado en el Palacio Arzobispal (Zaragoza), representa al personaje de frente con la mano izquierda apoyada en la mesa y sosteniendo la bengala. El profesor Arturo Ansón atribuye esta serie de retratos a Pablo Rabiella y Díez de Aux.
Retrato de Don Alonso II de Aragón:
Óleo sobre lienzo de 193 x 98 centímetros, de autor anónimo y fechado en 1690.
Ubicado en el Palacio Arzobispal (Zaragoza), se trata de un retrato de cuerpo entero en posición de semiperfil, representando al hijo natural de Fernando el Católico, portando en su mano derecha una bengala y posando la izquierda sobre su pecho. Los ropajes, similares a los de Juan II de Aragón, presentan las mismas características en cuanto a la técnica pictórica: Claroscuros, grandes pinceladas con empastes, veladuras, etc. En el fondo aparecen unos cortinajes rojos.
Retrato de Don Juan II de Aragón:
Se trata de un óleo sobre lienzo de 194 x 100 centímetros, de autor anónimo y fechado en 1690.
Ubicado en el Palacio Arzobispal (Zaragoza), es un retrato de cuerpo entero de composición típica barroca, con pronunciado claroscurismo. La entonación es la misma en todo el lienzo.
El rostro desprende serenidad en la mirada. La figura en semiperfil, aparece con el brazo derecho apoyado sobre una mesa recubierta con faldones rojos en combinación con los cortinajes del fondo. Los ropajes realizados a grandes pinceladas con algunos empastes, son sobrios en detalles y presentan diversas veladuras.
Retrato de Don Hernando de Aragón:
Óleo sobre lienzo de autor anónimo y datado hacia 1900.
Ubicado en el Palacio Arzobispal (Zaragoza), se trata de un retrato moderno, de baja calidad, sin duda realizado para cubrir la desaparición de un retrato anterior: Don Hernando de Aragón.
La composición sigue los estereotipos de los retratos del siglo XVII con los atributos del poder del personaje representado: Cortinaje de fondo, mesa, bengala y mitra así como escudo de la familia.
Los marcos:
En todos los casos, los marcos son originales, del siglo XVII, excepto el retrato de Don Hernando de Aragón que, aunque similar a los anteriores, es moderno.