El Quiosco de la Música, hoy ubicado en el Parque José Antonio Labordeta, es una de las escasas obras que se conservan de las construidas para la Exposición Hispano-Francesa, celebrada en Zaragoza en 1908 con motivo de la conmemoración del centenario de Los Sitios en los terrenos de la antigua Huerta de Santa Engracia.
Se concibe como una pequeña edificación abierta, a modo de templete, que consta de dos cuerpos principales: un basamento de piedra y una ligera estructura metálica en forma de baldaquino. El primer cuerpo o basamento lo conforma un podio de sillería de planta octogonal para albergar la banda de música. El acceso se realiza por una escalinata situada perpendicularmente en uno de los lados del octógono. El podio y la escalera están rodeados por una barandilla de hierro forjado de escasa altura. El segundo cuerpo, más tectónico que el anterior, es una ligera estructura en forma de baldaquino compuesta por ocho esbeltas columnas de fundición arriostradas en el perímetro por perfiles metálicos con la parte inferior en forma de arco de rebajado. Los vanos se enriquecen ornamentalmente con una serie de ramales de esmerada decoración modernista que arrancan del tercio inferior del pilar y se unen formando arcos de medio punto. El tornavoz se realiza con piezas de vidrio sobre una liviana estructura metálica de gran vuelo apoyada sobre ménsulas acarteladas con decoraciones florales. El conjunto se remata por una cubierta inclinada revestida en zinc y coronada por una banda de piedra moldurada sobre la que se alza una cúpula de forma bulbosa recubierta por tégulas cerámicas de vistosos colores: amarillo, naranja y blanco.
El Quiosco de Música es uno los mejores ejemplos del modernismo zaragozano y fue diseñado por los hermanos de origen navarro José y Manuel Martínez de Ubago y Lizarraga, quienes lograron una obra muy elegante y dinámica, en la que se apuesta claramente por el modernismo tanto en la elección de los materiales (hierro) como de las formas ondulantes y orgánicas, dando como resultado una obra llamativa y alegre, que lamentablemente hoy pasa en cierto modo inadvertida al haber sido sacada de su contexto original. Ya que en 1912 fue trasladada al paseo de la Independencia y, aunque en 1924 volvió durante unos años a su ubicación primitiva en la plaza de Los Sitios, en los años 60 fue de nuevo trasladada al Parque Grande José Antonio Labordeta, donde se ha conservado hasta la actualidad.