De la localidad de El Tormillo procede una portada medieval que fue lamentablemente arrancada del edificio al que pertenecía y trasladada a finales del siglo XIX a la fachada occidental de la iglesia de San Martín de Lérida a iniciativa del obispo José Messeguer Costa. Esta iglesia leridana fue reabierta al culto en 1893, fecha en la que ya se había incorporado la portada oscense, y desde 1972 fue utilizada como Museo Diocesano de Escultura de manera intermitente, acogiendo alguna exposición temporal a partir de la inauguración de la nueva sede del Museo Diocesano y Comarcal de Lérida en 1997.
Respecto a la construcción de la que procede hay algunos autores como Antonio Naval Más que opinan que se trata de la antigua iglesia de la localidad dedicada a Santiago el mayor, adosada a la actual parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, mientras que otros como X. Salvador Paniello creen que el edificio de cuyo frente meridional fue arrancada no fue una iglesia sino un posible refectorio o sala capitular en la que se reunían los religiosos que habitaban en la localidad. En cualquier caso, la fábrica responde a una nave única de cinco tramos cubierta con una gran bóveda de cañón apuntado, hoy desaparecida, sobre arcos fajones que descansan sobre columnas adosadas con capitales decorados con veneras.
Se trata de una bella y proporcionada portada compuesta por cuatro arquivoltas de medio punto: la primera es abocelada, la segunda se decora con zig-zag, la tercera presenta pequeñas puntas de diamante y la cuarta arquillos de medio punto. También se observan puntas de diamante en su decoración exterior. Las cuatro arquivoltas apean sobre columnas de fustes y capiteles lisos, que a su vez se alzan sobre altos plintos que salvan la escalinata de acceso. Tipológicamente se puede relacionar con varias portadas oscenses de principios del siglo XIII como las de la iglesia de San Miguel de Foces en Ibieca o el Santuario de Santa María de Salas en Huesca, ambas herederas de modelos franceses.