El antiguo poblado de El Cabo se localizaba a unos dos kilómetros al Oeste de la localidad turolense de Andorra, en lo alto de una cuesta que dominaba las cabeceras de la Val de Ariño y el río Regallo. Debió construirse, ocuparse y abandonarse en un periodo de tiempo bastante reducido, tan sólo de unas pocas décadas, en torno a mediados del siglo V a.C. Tras su excavación completa en 1999 fue destruido por los movimientos de tierras de una explotación minera de carbón a cielo abierto.
El Parque arqueológico reproduce un poblado ibérico fortificado y de calle constituido por unas 50 pequeñas viviendas dispuestas en dos alineaciones paralelas en torno a dicha calle. En la zona más elevada del asentamiento, y protegida por una gruesa muralla, se sitúan las habitaciones o espacios de mayor tamaño, seguramente destinados a almacén y vivienda de la principal familia del poblado. La superficie media de las casas de este poblado en su planta baja apenas alcanzaba los 25 m2. Todo el conjunto estaba protegido por una muralla escalonada en su vertiente Sur y un gran torreón de planta rectangular que defendía la estrecha zona de acceso principal del poblado. Una de las viviendas reconstruidas ha sido equipada en su interior por lo que su visita permite conocer la distribución teórica de estructuras y elementos domésticos como el hogar, dormitorio, almacén, pequeña cuadra para animales, etc.