De la muralla de la población quedan dos portales: el de San Roque y el de Bergós. El primero en forma de torre puerta y el segundo, ya transformado, se reduce a un arco en una vivienda.
El portal de San Roque era la puerta de entrada al recinto de la villa. Está realizado en sillería y cuenta con torreón almenado. Delante de él se sitúa el puente sobre el Matarraña y al lado se encuentra el Ayuntamiento. Al exterior presenta un arco de medio punto de grandes dovelas, con una hornacina superior con imagen de San Roque en piedra, matacán y dos aspilleras. En el lateral hay un reloj de sol. Encuadran la entrada dos pilastras, sobre las que hay dos leones, que al parecer, fueron trasladados desde el castillo. Intramuros, la fachada es plana con cuatro troneras y portada de arco tan rebajado que es prácticamente un dintel. Consta la fecha de 1611, aunque la construcción se remonta a épocas muy diversas. Los arcos pueden ser coetáneos de la fortificación de la villa en los siglos XIII y XIV.
El portal de Bergós es otro portal de entrada a la villa, con base trapezoidal y paso de madera. Al exterior el arco es de medio punto dovelado y al interior presenta un arco rebajado, de base mayor. Sobre él se alza una vivienda de carácter popular.