Esta leyenda, muy arraigada localmente, forma parte del mundo de los prodigios religiosos e incluso de la pseudohistoria pues con su tañer puntual señalaba sucesos relevantes, algunos históricos y otros de interés vecinal.
La campana prodigiosa se llama «Mª Pilar Nicolasa del Milagro», llegó en tiempos remotos de los godos desde el mediterráneo remontando el Ebro y hoy se ubica en la ermita de S. Nicolas de Bari en Velilla de Ebro, la tradición oral afiram que tañía tristemente comunicando mensajes extraordinarios, normalmente trágicos: la llegada de los musulmanes en el 711, 1485 la muerte de Pedro Arbués, 1515 la muerte de Fernando el católico, 1527 el Saco de Roma, 1558 la muerte de Carlos V, incluso Baltasar Gracian en sus cartas al erudito Lastanosa se hace eco del silencio misterioso de la misma en los años en torno a 1650. El fervor popular por ella determinó que fuesen arrancando trocitos para utilizarlos como amuletos, hasta que ya maltrecha en 1841 fue refundida.
Son numerosas las citas documentales y literarias que hablan del prodigio: Calderón de la Barca en su obra «Tres justicias en una», en 1542 el clérigo portugués Gaspar Barreiros en su obra de viaje «Corografía de algunos lugares» dejo testimonio del suceso , en1652 Baltasar Gracián se hizo eco también del fenómeno prodigioso de la Campana de Velilla. En 1660 A. Mira de Amescua lo cita en su broa «No hay reinar como el vivir». Hacia 1800 es Bretón de los Herreros quien lo narra en «Muérete y verás» y eb 1621 y 1622 Quevedo compuso dos sonetos el 92 y el 568 sobre el mismo tema.