A escasos metros del poblado de Les Escodines Baixes, en dirección norte, se eleva una colina en cuya cima se localizan los restos de otro interesante poblado conocido como Les Escodines Altes. El descubrimiento de los dos poblados y las posteriores investigaciones fueron paralelos.
Debido a la gran erosión del cerro, en la actualidad apenas se puede reconstruir la distribución del hábitat. No obstante, con la ayuda de antiguas descripciones se puede considerar la existencia de una potente muralla que rodeaba todo el asentamiento, en cuyo interior se emplazarían una serie de viviendas de planta rectangular, de diferentes tamaños y adosadas unas a otras, sin que aparentemente formen esquema urbano determinado. Únicamente se puede observar un predominio de las plantas de mayores dimensiones en las zonas centrales, frente a las exteriores donde se agrupan las de tamaño más reducido.
Las técnicas constructivas son similares a las del poblado inferior, destacando la existencia de zócalos de piedra de aparejo irregular sobre los que se levantarían paredes de adobes o manteados de barro.
Los restos cerámicos hallados son muy numerosos. Las formas ovoides de acabado tosco presentan abundante decoración en las aplicaciones plásticas, con cordones digitados que se extienden por gran parte de la vasija formando en ocasiones motivos geométricos. Los recipientes de superficies pulidas presentan una serie de novedades como son las decoraciones incisas representando motivos geométricos como cuadrados y rombos y en ocasiones decoraciones acanaladas.
Otros restos significativos serían los molinos de mano barquiformes, a los que se debe añadir un nuevo tipo con aletas o apéndices, las pesas de telar, donde apreciamos igualmente la irrupción de un modelo nuevo, cónico y con una sola perforación. Lo más interesante sea quizás el hallazgo de un molde para fundir hachas de cubo con anilla lateral y otro para un posible espejo que, según alguna opinión, serviría para fundir broches de cinturón de disco con apéndice y sin decoración.
En principio, se le atribuyó idéntica cronología que al poblado bajo, es decir, entre los siglos XI y VIII a.C. No obstante, la vida del poblado continuó a lo largo del siglo VII a.C.