Las pastoradas son diálogos entre el pastor o mayoral y el rapatán, que se hacía en las fiestas principales de muchas poblaciones como Benabarre, Tolva, Luzás, Roda, Puente de Montañana, etc. La de Benabarre se recuperó en 1953, pues habían ido perdiéndose después de la guerra civil. El posible origen de estas pastoradas ha de buscarse en el norte de la Ribagorza, especialmente en las comarcas vecinas del sur de Francia o en el País Vasco, con algunos elementos arraigados en el teatro medieval y en la figura del «pastor-bobo» del siglo XVI.
La pastorada tiene lugar el día 8 de junio, está dedicada a San Medardo, patrón de Benabarre, y la presiden el párroco y las autoridades. La actuación se realiza delante de la imagen del santo que ha sido llevado en procesión desde la iglesia. Pastor y rapatán acompañan a la imagen del santo. Detrás vienen danzando los tochets, jóvenes y niños vestidos de blanco y con fajas de colores que con sus palitrocs en dos filas y en grupos de cuatro, van hacia la plaza. La música era interpretada antes por los gaiteros y en la actualidad los músicos tocan el violín y el saxofón. A continuación el pastor y el rapatán empiezan el diálogo.
La pastorada consta de tres partes; la primera es una alabanza al santo, la segunda es la crítica humorística del año en curso y se suele recitar en benabarrense diciendo los nombres de las personas de las que se cuenta la anécdota, con el consiguiente regocijo de sus convecinos. La tercera parte es la despedida del pastor y del rapatán. A continuación los danzantes recitan versos a San Medardo y se procede a llevar la imagen a la iglesia, con lo que se da por finalizado el acto.