Villafeliche dispuso de la única Real Fábrica de Aragón, existiendo casi 200 molinos en el siglo XVIII. Modelo de fábrica que fue exportado a las nuevas fábricas de Filipinas, Méjico o Perú. Se empleaba el azufre de Libros y Villel. Su fabricación precisaba azufre, carbón vegetal y salitre y se realizaba en los molinos hidraúlicos de la Fábrica.
La Guerra de la independencia, tuvo en el Segundo Sitio de Zaragoza un importante aliado en el aprovisionamiento de pólvora del ejército de Palafox. A mediados del siglo XIX se extinguió su producción por orden real de Fernando VII, prohibiendo su fabricación y convirtiéndola en un «bien estancado» como el tabaco, la sal o el salitre. A partir de ahí los polvoristas se hicieron clandestinos.