El origen del monasterio y hospital de Santa Cristina de Somport se sitúa a finales del siglo XI. Esta institución fue creada para proporcionar refugio y asistencia a pobres, enfermos, peregrinos y viajeros, se consolidó en el siglo XII y alcanzó su máxima expansión en el siglo XIII, llegando a poseer un amplio patrimonio. El hospital de Santa Cristina aparece mencionado en el Liber peregrinationis del Códice Calixtino, escrito por el francés Aymeric de Picaud, como uno de los principales «lugares santos, templos de Dios, lugar de recuperación para los bienaventurados peregrinos, descanso para los necesitados, alivio para los enfermos, salvación de los muertos y auxilio para los vivos».
Su declive comenzó a finales del siglo XIV y se agravó a finales del siglo XVI, cuando la comunidad de canónigos regulares de San Agustín que habitaba el monasterio dependiente del hospital fue sustituida por una comunidad de dominicos. Un devastador incendio provocado en 1706 arruinó completamente su fábrica, que sólo fue en parte reconstruida hasta su desaparición definitiva en el proceso desamortizador de 1835.
El complejo monástico-hospitalario estaba ubicado en la vertiente sur del Puerto de Somport, a orillas del río Aragón y junto a un camino real muy transitado. Constaba de una serie de edificaciones entre las que destacaban sin duda la iglesia con su sacristía y la necrópolis cercana, la ermita, la casa de los monjes, el palacio prioral, el hospital y el mesón, junto a otras muchas dependencias secundarias necesarias para el desarrollo de sus actividades religiosas y asistenciales.
Actualmente se conoce gran parte del conjunto gracias a diversas campañas de excavación sistemática llevadas a cabo desde 1987 y a la documentación conservada, aunque es difícil a partir de las ruinas que hoy vemos evocar el esplendor de este monasterio y hospital, que llegó a ser uno de los tres más importantes de la cristiandad.