El conjunto de Las Salinas, pertenece a la localidad de Arcos de las Salinas (Teruel), sita en la sierra de Gúdar Javalambre. Las salinas se sitúan a 1.870 m al oeste de la población de Arcos de las Salinas, en el lecho de un barranco del río Arcos. Geológicamente, su origen se remonta a la Era Mesozoica, durante la que se produjeron en la zona depósitos de sales que favorecieron la existencia de un acuífero salobre.
La datación cronológica de la explotación salinar es hipotética, pudiendo remontarse a la edad antigua, aunque documentalmente se reconoce con certeza su existencia desde el reinado de Jaime I «El Conquistador», durante el siglo XIII. Tras la conquista musulmana, el monarca de Aragón se reservó la propiedad de las salinas de Arcos, pasando éstas a formar parte del Real Patrimonio de Aragón, en el cual permanecen hasta el siglo XIX. Uno de los modos de explotación más relevante de las salinas consistía en el arriendo de las instalaciones por un tiempo determinado a particulares, siendo la documentación sobre los sucesivos arriendos, así como la de las obras de conservación del conjunto, muy numerosas. Hay constancia documental de que el rey Jaime I las visitó el día 30 de septiembre de 1259.
Durante la Edad Media y Moderna las salinas constituyen una importante fuente de ingresos para la población de Arcos, y dan lugar a otras actividades complementarias, al generar movimiento de arrieros, carreteros, muleros y pastores. El monopolio Real se extingue en 1869, durante el reinado de Isabel II, coincidiendo con la abolición del estanco de la sal, tras la que se ponen en venta la mayoría de las salinas pertenecientes al Estado, entre ellas las de Arcos de las Salinas (Teruel). A mediados del siglo XX fueron adquiridas por una familia de Arcos de las Salinas, a quienes les otorgó su explotación el Ministerio de Industria en 1953. En 1982 cambian de propietario, permaneciendo dentro de la misma familia, sin embargo, su escasa rentabilidad determina el cierre de las mismas y su abandono.
Con una extensión total de 61.961 m2, el valor constructivo del conjunto de las salinas de Arcos de las Salinas (Teruel) se basa fundamentalmente en que constituyen, a pesar del mal estado de conservación en el que se encuentran, un paisaje de explotación económica completo, del que forman parte no sólo las salinas en sí mismas, que ocupan 19.000 m2, sino todo un conjunto de dependencias vinculadas a la actividad de explotación de aquéllas:
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Pozo o edificio de captación con la noria de sangre
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Ocho piletas de cristalización o tablares de evaporación
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Canales de madera para la distribución del agua
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Cuatro balsas para reservar el agua antes de distribuirla
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Un alfolí o almacén de sal
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Cuadras
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Un edificio de manufactura de la madera
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Pajares
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Casona señorial
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Casa de los criados y garaje
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Garita de vigilancia
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Ermita del Salinar o de la Virgen de los Dolores
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Caminos
De sus elementos constructivos destacan sobre los demás dos por sus características artísticas: la casa señorial y la llamada ermita del Salinar o de la Virgen de los Dolores.
La casona señorial, construida al lado del alfolí, está edificada al estilo Bajoaragón, esto es, construida en piedra de sillería, con planta rectangular y cubierta a dos aguas. Destacan en la misma la gran balconada de madera torneada al lado oeste, y tendida hacia el llamado «tablar» o «palacio», y el alero de madera y los canecillos trabajados del tejado.
La ermita del Salinar, conocida también como ermita de la Virgen de los Dolores, data del siglo XVIII, en concreto de 1758 si atendemos a la inscripción en el dintel de la puerta. Se trata de una construcción de mampostería y planta de cruz latina, con crucero coronado por una cúpula de cerámica, siguiendo el estilo del sur de Teruel y Levante. La cubierta de la ermita es con bóveda de medio cañón con lunetos. En el camarín destaca la decoración de estilo rococó y el atrio de madera. La singularidad del emplazamiento, al lado de la explotación salinar, es lo verdaderamente destacable e indica la estrecha y relevante vinculación de las salinas con la población.
Todo el conjunto constituye un patrimonio cultural etnológico o inmaterial cuyo valor se sustenta en la importancia que ha tenido durante siglos como explotación económica alrededor de las salinas, así como de los oficios vinculados directa o indirectamente a aquéllas. Asimismo, ha sido también muy relevante la tradición religiosa existente en la vocación de la población a la Virgen de los Dolores, reflejada en la romería celebrada anualmente el martes de Pascua de Resurrección desde el pueblo hasta la ermita del conjunto, hoy ya perdida a raíz del cierre de las salinas.