Aínsa se localiza en la comarca de Sobrarbe, en Huesca, entre los ríos Ara y Cinca. Fue poblada como villa real en el siglo XII. En 1124 Alfonso I el Batallador le concederá el Fuero de Jaca, que repercutirá en grandes privilegios para sus habitantes. Este origen se palpa todavía gracias a su rico patrimonio monumental. Su riqueza arquitectónica le valió la declaración de Conjunto Histórico Artístico en 1964.
El más claro exponente de su pasado es el Castillo y la muralla que rodea casi todo su casco histórico. La construcción del Castillo se remonta a 1593 sobre los restos de una fortaleza construida durante la fundación de la villa en el siglo XII. El Castillo se comunica con la casa del Gobernador y en una de sus torres tiene su sede la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. En la explanada que conserva al frente se celebran festivales y acontecimientos culturales.
La plaza principal se llena de fachadas entre las que destaca la del Ayuntamiento que cuenta entre sus muros con parte de la antigua muralla. La calle principal es la llamada «el portal Alto» que da paso a la Calle Mayor. En estas vías destacan ejemplos de arquitectura popular aragonesa como la Casa Arnal.
El Museo de las Artes y Oficios Tradicionales de Aínsa se encuentra en la plaza del Salvador en la Casa Ballera. Frente al museo se conservan restos de la Iglesia de San Salvador, hoy vivienda particular.
También posee Aínsa restos de su pasado cultural como la judería. La Colegiata de Santa María fue consagrada en 1181, en estilo románico, como demuestran sus vanos y la portada. La torre campanario es una de los edificios que más destaca en cualquiera de las vistas de la villa. Junto a la iglesia se construyó el Hospital al que se accede por el denominado Arco del Hospital.
A escasos dos kilómetros de la entrada de Aínsa, cubierta por un templete circular, se resguarda desde 1650 una cruz que conmemora la mítica batalla del Sobrarbe.