El encargo de la mesa de altar, sagrario y baldaquino de la iglesia de Santa María la Mayor de Calamocha (Teruel), partió del ayuntamiento y recayó en manos del escultor Francisco Navarro, miembro de una fecunda familia de escultores, los cuales desde el segundo tercio del siglo XVIII, revitalizaron el panorama artístico de esta zona turolense.
El sagrario:
La planta oval del altar mayor, determinó la forma tanto del sagrario como del baldaquino. El altar, de madera policromada, se fabricó imitando un mármol azulado y muestra una superficie en la que asoman sencillas labores en relieve dorado. El remate está formado por una cornisa que da paso a la mesa donde se ubica el sagrario.
Esta pieza está fabricada en madera tallada, dorada y policromada. El óvalo que define su planta, presenta un perfil mixtilíneo, un tipo de recorrido lineal que reaparece en los sucesivos zócalos y entablamentos.
Seis columnas de fuste anillado y capitel corintio rodean el tabernáculo. Las columnas, apoyan en plintos cuadrangulares y las dos del frente principal van adornadas con sendos ángeles.
Los plintos coinciden en altura con el basamento del sagrario, en cuyo frente se abre una pequeña puerta abocinada en arco de medio punto sostenido por pilastras.
El entablamento, se acomoda a dicha puerta curvándose en forma de arco. La puerta principal del sagrario, presenta en relieve la escena del Agnus Dei de pie sobre el Libro de los Sellos, franqueado por la corona de espinas y una espada.
El siguiente cuerpo es, propiamente, el expositor del Santísimo. Todavía conserva la maquinaria que, mediante unos brazos mecánicos, sacaba la custodia y la depositaba sobre el altar. La cornisa también es mixtilínea y adaptada a los arcos de medio punto que
cobijan cada una de las cuatro puertas, una por lado. Estas, van enmarcadas por arcos abocinados apoyados en pares de dobles pilastras. En su exterior, se representan en mediorrelieves, escenas desde el frente principal hacia la derecha: La Última Cena; Elías durmiendo bajo un arbusto cuando es despertado por un ángel; la Cena de Emaús y el Banquete en la corte del rey Asuero.
En el remate, el fastuoso grupo escultórico de la Virgen con el Niño, erguida sobre una nube repleta de angelotes. La transición desde la parte arquitectónica se realiza mediante seis arbotantes o estribos constituidos por parejas de tornapuntas que se alinean con cada una de las columnas de la circunvalación. Los dos arbotantes laterales portan sendos ángeles que parecen sostener la nube. Los restantes, sirven de asiento a los cuatro evangelistas, de los que sólo es posible identificar a San Juan imberbe en la cara delantera.
En la nube, que adopta una forma casi esférica, asoman cabezas de querubines, siendo un trío el que aparece de cara al fiel. Sobre esta composición, la Virgen sostiene en su brazo izquierdo al Niño.
El repertorio formal se ajusta al tono del barroco tardío: Rocallas, tornapuntas y motivos vegetales en general, cubren diversas superficies.
El baldaquino:
Se trata de una estructura formada por otras seis columnas que rodean la mesa de altar, siguiendo idéntica disposición oval. Las columnas responden al orden corintio, pese a que la pieza inferior de la basa no pertenece a ningún orden concreto, y apoyan sobre unos plintos cruciformes formados porcuatro medias columnas. Su fuste liso imita las vetas de las piedras nobles.
Esta pieza sustentante es la más colorista de todo el baldaquino, al combinar el negro de los plintos, el azul de los fustes y el dorado de las basas y capiteles, un pan de oro que será predominante en todo el dosel o sobrecielo superior.
El entablamento, del que cuelga la guardamelleta, sigue un diseño mixtilíneo curvándose en cada intercolumnio para dibujar un arco, en una disposición parecida a la que se veía en el sagrario.
En los frentes anterior y posterior, se ubican sendos cartelones de tornapuntas flamígeras sostenidos por ángeles. Llevan emblemas referidos a Cristo y María respectivamente. En el primero, aparece un sol en el anverso y las iniciales «IHS» (Iesus Hominum Salvator)
en el reverso.
En el dedicado a la Virgen, encontramos el monograma de María acompañado de una estrella, en la cara exterior y una media luna, en la interior. Sobre el resto de los intercolumnios menores, hay cresterías de rocalla y tornapuntas llameantes.
Los estribos que sostienen la cúpula del remate, apoyan en plintos cuadrangulares alineados con las columnas. Estos estribos, similares a los del sagrario, están constituidos por la unión de tres tornapuntas. En sus arranques, se yerguen ángeles que portan banderolas, los dos del frente principal, y escudos en forma de lágrima, los restantes. Cada uno de ellos lleva una palabra inscrita que forma parte de una salutación a la Virgen. Comenzando por el frente principal y de izquierda a derecha, podemos leer:
«AVE
(¿MARIA?)
CO/RONA/TA
(¿A?)/SVM/TA
PVRI/FICA/TA
NA/TA»
La cúpula es calada a base de rocalla, tornapuntas y abigarrados motivos vegetales. Cuatro angelotes desnudos se sientan a horcajadas sobre el tambor. En si interior, cuelga una nube con otras cabezas de querubines.
En el remate final, se representa la figura de San Roque sobre una ménsula, acompañado por su fiel perro con el pan en la boca.
Este dosel sostenido por columnas funciona como un gran palio, cuyo carácter arquitectónico lo asemeja a un templete dentro de otro mayor, que es la iglesia. Debajo, está el lugar más sagrado del templo, el altar mayor donde acaece el misterio de la Eucaristía. El sagrarioexpositor se ubica sobre esta mesa y su aspecto vuelve a ser el de un templete destinado a alojar copones y custodias, los recipientes de las formas sagradas.