Castillo de origen musulmán, en el siglo X Abderramán III dejó parte de sus tropas concentradas en este castillo para atacar a la rebelde Zaragoza. Formó parte muy importante en la defensa de la ciudad por parte de los musulmanes pero al final cayó en poder de Alfonso I. El castillo pasó por diversos tenentes hasta que en 1232 Jaime II lo entregó a Blasco de Aragón a cambio de Morella, lo que da idea de su importancia. Posteriormente, pasó por diversos dueños y fue perdiendo poder, aunque todavía en el siglo XIV se vio envuelto en las luchas entre los Unionistas y las tropas reales. Después de estos hechos de armas, en 1351, formaba parte de las posesiones de Roger de Lauria y en 1428 era de los Fernández de Heredia, después condes de Fuentes.
El castillo está situado sobre un promontorio algo alejado de la población y al otro lado del río Huerva. Se conservan los restos de un recinto de planta ovalada de unos 50 metros de eje mayor, presidido desde una cota superior por una torre de tapial semiderruida. Esta torre es de planta cuadrada, ha perdido el remate, uno de sus lados y está construida en mampostería. Debajo de este risco y al lado de los restos del recinto se pueden observar restos de numerosas construcciones, escaleras talladas en la roca y accesos en zig-zag tan característicos de las fortalezas musulmanas.