Bielsa celebra el carnaval durante tres días en el mes de Febrero y la semana después el Miércoles de ceniza. Ni siquiera en el periodo de la Guerra Civil se interrumpió su celebración a pesar de las prohibiciones al uso.
El origen pagano de estas fiestas se halla probablemente en las antiguas sociedades agrarias y cazadoras cuyas costumbres perviven en las Saturnales Romanas y bajo la posterior cristianización occidental, convirtiéndose entonces el Carnaval en un tiempo de excesos previo a las penitencias de la Cuaresma. El Carnaval supone también una inversión de lo cotidiano, del orden jerárquico aceptado, y por ello, nunca fue bien visto por los poderes civiles y eclesiásticos, ya que su celebración, eminentemente popular, conlleva fuertes críticas sociales, políticas y religiosas, con el agravante del anonimato. En muchas poblaciones de Sobrarbe se ha conservado gran parte de esta tradición.
En el Carnaval de Bielsa intervienen personajes peculiares como las trangas o muchachos vestidos con faldas de cuadros, piel a la espalda, cara tiznada de negro y cuernos de cabra armados con un gran palo con el que van asustando y golpeando el suelo, los onsos cubiertos con piel de oveja, las madamas o señoritas con indumentaria de colores, el caballet, el amontato, las garretas, y Cornelio, chivo expiatorio colgado en el ayuntamiento que al final es quemado.
Las trangas se denominan así por empuñar la tranga con la que golpean el suelo y son símbolo de fertilidad. Las madamas son jóvenes solteras que visten una falda de lazos y cints de colores que simbolizan la pureza.