El interior de la Seo de San Salvador de Zaragoza, destaca por su multitud de bienes, como el llamado báculo de Don Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza entre 1478 y 1520. El descubrimiento de este báculo se produjo durante las excavaciones practicadas en la catedral, e inhumación de veintidós enterramientos individuales en el edificio religioso en 1993.
El enterramiento de Don Alonso de Aragón, en el año 1520, se encontraba ante el altar mayor, señalizado por unas laudas sepulcrales, en paralelo a la del también arzobispo de Zaragoza, Don Juan de Aragón.
En cuanto al báculo, se encontraron cinco fragmentos del mismo, realizado en chapa de bronce soldada, con alma de madera. Esta pieza, forma parte del ajuar funerario procedente del enterramiento atribuido a Don Alonso de Aragón. De sección circular, salvo la empuñadura que es cuadrangular, en origen, no estaba realizado en una sola pieza sino que contaba con varias piezas ensambladas.
Los cinco fragmentos que se conservaron no conforman el báculo completo. De ellos, un fragmento no corresponde al extremo final y otro a la empuñadura. De éste último, hay que señalar que la chapa de bronce es más gruesa que la del resto, quizá porque esta pieza no llevaba alma de madera que la reforzase.
También hay que destacar que los adornos que portaba el difunto, un crucifijo y una cabeza de dragón, estaban realizados en bronce macizo, así como falsas piedras preciosas realizadas con vidrio translúcido.