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Exposición: La vida cotidiana en una colonia de Augusto. Colonia Celsa
La vida cotidiana de los habitantes de la antigua Roma es lo que se descubre en la exposición que el Museo de Zaragoza ha organizado en su Sección Monográfica cercana al yacimiento de la Colonia de Velilla de Ebro. Se trata de una muestra que suma a la exposición Avgvstvs. Annvs Avgvsti MMXIV que se puede visitar en la sede central de Museo de Zaragoza con motivo del bimilenario del fallecimiento del emperador romano.
La consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte, Dolores Serrat, acompañada por el director del Museo de Zaragoza, Miguel Beltrán, y la alcaldesa de Velilla de Ebro, Rosario Gómez inauguraron la muestra, que, dado su planteamiento expositivo, quedará incorporada de forma permanente a la exposición sobre la Colonia Celsa.
Monedas, inscripciones, esculturas, vasijas cerámicas, bronces y así hasta 62 piezas originales de la época y procedentes del yacimiento Celsa integran la exposición y ponen de de relieve la historia y la vida cotidiana de una ciudad en época de Augusto.
La exposición se divide en dos partes. Por un lado, a través de la sección Historia y síntesis de una colonia, se hace un recorrido por los aspectos más representativos del momento. En este apartado se encuentra una recreación de una pared decorada de un triclinio, una lápida funeraria, y otros materiales representativos como: dos capiteles corintios, un modelo de lápida introducido por los inmigrantes itálicos, un ánfora de Salazones de la Bética, un conjunto de las monedas acuñadas por Augusto en la Colonia Celsa o un fragmento decorado de un vaso de sigillata de Perennius Tigranes, entre otros.
El discurso expositivo continúa centrándose en la sección dedicada a la vida cotidiana de los habitantes de la época. En este sentido se han tenido en cuenta doce aspectos: la artesanía, arquitectura, pintura mural, equipamiento doméstico, la escritura, la cocina y mesa, el comercio, la muerte, el adorno personal e higiene, juegos y pasatiempos y religión.
Artesanía, arquitectura, pintura mural y equipamiento doméstico:
Se sabe de la existencia en Celsa de broncistas, herreros ceramistas, o cuadrillas especializadas de pintores y musivarios que seguían la corrientes artísticas de Italia (II y III estilo pictórico). Además de las vajillas de mesa y los objetos relacionados con la higiene personal, se ha documentado otros enseres del equipamiento doméstico como: cuenco, olla, lucernas, tapaderas (artesanía), un reloj portátil, piezas arquitectónicas como capitelito, moldura, antefija cerámica, fragmento de pavimento….
La escritura:
En la época de Augusto no todo el mundo sabía leer y escribir, pero se han conservado letreros pintados sobre las paredes, nombres inscritos sobre la vajilla cotidiana e inscripciones sobre piedra. En esta parte se muestran sellos sobre cerámicas, letreros pintados y grafitos sobre cerámicas.
La cocina y mesa:
La comida diaria de una familia celsense, cocinada en modelos muy simples de cocinas (hogares en el suelo, cámaras pétreas para sujetar parrillas…), estaba ciertamente lejos de los festines descritos por Petronio. Pan, vino, queso, verduras, cebollas, dátiles, olivas, higos, salazones y como carne, sobre todo el cerdo y no siempre, componían el menú diario.
Los servicios de mesa, sobre todo los cerámicos y de vidrio, se encuentran muy bien documentados en Celsa, en forma de botellas, vasos, platos, cuencos (principalmente sigillata y cerámica común), fuentes, pequeñas tacitas, jarritas así como determinados utensilios de bronce como las cucharillas o cazos.
Comercio:
La situación de la colonia Celsa a las orillas del Ebro y con un puente sobre el mismo, favorecía la llegada de mercancías de todo tipo: vino desde la costa catalana, vasos de paredes finas de los alfares del valle del Ebro… y desde la Bética, grandes cantidades de salazones. Otros productos llegaban de Italia, (Etruria, Campania, Roma, Apulia, Istria o Sicilia) en forma de vinos, vajillas de sigillata, vasos de paredes finas, lucernas y otras cerámicas. Aquí se presentan cerámicas pintadas, monedas y sus valores.
Adorno personal e higiene:
En está sección se ha seleccionado una muestra de piezas de medicina e higiene: pinzas variadas, un estrígilo de bronce, cucharillas de cosmética y dos tipos de sondas, placas y losetas de piedra para preparar cosméticos, así como diversas cucharillas de tocador o farmacopea.
Juegos y pasatiempos:
Los juegos de los niños romanos no se diferenciaban gran cosa de los denominados juegos tradicionales de la sociedad actual. Se conservan restos de un caballito de arcilla, dados, astrágalos o fichas de juego.
Religión:
El panteón de Celsa, según la iconografía conservada, estaba presidido por Júpiter, Diana, Venus, Hércules y la Fortuna, además de la diosa Roma y personificaciones de la Pax, la Victoria o el Sol y Mercurio. Entre todos destacan las representaciones pintadas de Hércules. Todavía no se conocen los edificios de culto, sin embargo, se sabe que los lararios y altares domésticos fueron constantes en las casas de Celsa. Aquí se puede ver un letrero de Júpiter pintado.
Muerte:
Solo escasos vestigios se conocen de las necrópolis de Celsa, una de las cuales se situó fuera de la ciudad, junto a la vía hacia Ilerda, en la vecindad del cementerio actual. En la exposición se muestran restos de una inscripción métrica (sepulturam)
Colonia Celsa (Colonia Victrix Iulia Celsa)
La colonia Celsa refleja fielmente el aspecto de una ciudad en época de Augusto y de la vida cotidiana de sus habitantes, a través de la cultura material hallada en el yacimiento arqueológico de dicha localidad
La ciudad fue fundada por M. Aemilio Lepido en su mandato provincial del año 44 a. C. con el nombre de Colonia Victrix Iulia Lepida. La caída en desgracia de su fundador motivó el cambio del cognomen de la colonia, unido al ascenso al poder de Octaviano: Colonia Victrix Iulia Celsa. La ciudad de Augusto difería en poco de lo que hoy podemos observar: calles empedradas, casas de tipos variados (de atrio, testudinadas, de patio…), una ínsula de servicios, con tabernas, mercado y panadería. Otros detalles de la ciudad están pendientes de la investigación arqueológica.