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Copa. «Obra destacada del trimestre» en el Museo de Huesca
COPA
Altura: 9 cms.
Base: 10 cms.
Boca: 22 cms.
Material: Cerámica
Dentro de las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo en el centro urbano de Huesca en los solares que van a ser edificados, en el año 2005 se procedió a excavar en el solar ubicado en la calle Dormer nº 8-10. Esta excavación sacó a la luz un retazo de la ciudad romana en buen estado de conservación, descubriéndose una calle de 19 metros de longitud y 3 de anchura que todavía conservaba el pavimento de losetas de caliza con sus correspondientes aceras. Junto a ésta se disponían varias viviendas de las que se conservaba la cimentación de sus muros (hecho que ha permitido reconstruir su forma aproximada) y, en excepcional estado de conservación, una estancia subterránea de 3 x 3 metros de lado y 2 metros de altura, construida con sillares de grandes dimensiones. El acceso a dicha estancia se realizaba a través de unas escaleras talladas en el salagón (arcilla y terreno natural) y forradas en piedra que desembocaban en una puerta cubierta por un arco de medio punto. La estancia que se cubriría con techo de vigas de madera, obtenía la luz mediante tres ventas que daban a la calle, e iluminación artificial mediante dos lucernas que se introducirían en sendos huecos que se encontraban junto a la puerta de acceso.
Estas viviendas fueron ocupadas desde el siglo I a.C. hasta el siglo I d.C., si bien se construyeron sobre otras viviendas anteriores, de época ibérica, de las que no se han conservado estructuras pero sí algunos restos de su vajilla en los pequeños pozos tallados en el salagón y utilizados como silos de almacenaje o pozos basureros. En los restos de uno de estos pozos se localizó la presente pieza, salvada de la nivelación que se produjo para la construcción de la vivienda del s. I a.C. (ibero-romana) por hallarse en una «depresión» o «concavidad», lo que en arqueología se puede definir como una «bolsada residual de una ocupación anterior». Apareció junto escasos fragmentos cerámicos de una gran vasija de almacenamiento (dolia) y otros de cerámica a mano.
Se trata de una pieza singular, posiblemente fechada en torno al siglo II a.C., siendo una copa de borde plano, cuerpo con carena acusada y pie elevado que se completa con cuatro asas gemelas dos a dos. Unas son pequeñas asas macizas de sección rectangular, mientras que las otras dos son bífidas de sección oval.
Se trata de una pieza que manifiesta la fusión de tradiciones antiguas con formas nuevas: las tradiciones antiguas de la cerámica propia de la edad del Hierro (con pies altos y acabados espatulados); y formas de tradición mediterránea con formas abiertas.