Con la llegada de 1822 el Trienio Liberal a Zaragoza cambió de tono. Atrás quedaron los tiempos alegres de la participación y la música en la calle y su lugar fue ocupado por la guerra civil. El ritmo de la ciudad se vio alterado por la cercanía de las partidas realistas, el continuo paso de las tropas y la declaración del estado de guerra. A finales de abril de 1823 se creó una junta gestora y las autoridades liberales abandonaron la ciudad dejando franca la entrada a los ejércitos realistas hispano-franceses. A partir de ese momento se produce la restauración del orden absoluto acompañada de una inaudita oleada de represión antiliberal.
Estudio introductorio de Pedro Rújula.