Exposición» Memoria de una observadora» de Amaia Gracia Azqueta

El Centro de Arte y Naturaleza (CDAN) de Huesca muestra «Memoria de una observadora» de Amaia Gracia Azqueta. Se trata de una exposición multidisciplinar compuesta por más de cuarenta piezas realizadas en los últimos tres años por la artista navarra y entre las que hay grabados, fotografía, dibujos e incluso esculturas-instalación.

Amaia Gracia Azqueta nació en Pamplona en 1985. Ella misma explica que en su quehacer artístico se siente como una observadora; una observadora que muestra en sus obras lo sentido al fotografiar las montañas del Pirineo, las piedras, el agua o los fenómenos atmosféricos que transforman el paisaje.

El punto de partida de su creación son las salidas al monte con su padre, quien en su infancia le transmitió su amor por la naturaleza y por la fotografía. Para desarrollar su trabajo Amaia Gracia se apropia también de esas imágenes antiguas de su padre con las que siente una especial conexión.

Mira al mundo por tanto con los ojos de su padre, al mismo tiempo que recorre la cartografía de la piel de su madre. Lo hace a través de piezas especiales hechas sacando un mol¬de de escayola sobre el busto. Sobre ellas van verdaderas joyas pectorales de cristal y plata, collares con forma de raíces que se adaptan al relieve.

El trabajo de Amaia Gracia Azqueta se refiere claramente a espacios localizados representados por medio de fotografías, mapas o relieves, a veces invertidos con espejos. Esos espacios al yuxtaponerlos a otras cosas más pequeñas, como muebles domésticos y cotidianos, parecen encogidos.

La yuxtaposición de estos dos lugares, el representado y el espacio inherente del objeto, produce una confrontación de sitios realmente alejados, juntando escalas de diferente magnitud. Sus esculturas muebles ejercen de continentes de los otros espacios de la naturaleza, que poniéndolos por encima, dentro o detrás, son introducidos en casa sobre mesas o repisas, sobre las hojas de una puerta o en una alfombra.